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Nuestro personal
En Niu tenemos claro que el vínculo de los niños con el adulto debe ser desde el amor y el profundo respeto de su ser. Así pues, la actitud del adulto debe ser abierta y flexible, respetando los ritmos de maduración, los intereses y la forma de ser de cada niño. Por tanto, el adulto en ningún momento será un maestro o un guía sino un observador que actúa para que las necesidades íntimas de los niños sean satisfechas y para proporcionar el espacio y el material que necesitan para su desarrollo dejando a cada niño o niña la autonomía para autogestionarse.
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